Busco palabras entre las sombras
que brillen más allá de su silencio,
y mientras las nombro
hay algo en su sintaxis
que rompe con la lógica cansada el tiempo:
la poesía nace en el presente
para que el futuro no olvide su origen.
La libertad es una hoja en blanco
en la que siempre tengo la última palabra,
pero cuando me asalta la belleza
desnuda como una cortesana de pechos
alados, se me desvanecen las palabras
en la garganta como la espuma de las olas
al lamer la playa.
Hay días, en cambio, que me brotan
de mi boca a borbotones,
y entrego en un papel todo cuanto he sido
y toda la pena y la alegría cabe en un recuerdo.
Pero, en otros, el silencio
me cubre con su malla transparente
y me vuelvo una adivinanza imposible de resolver.
Desearía escribir la mitad para decir el doble,
decir el doble para no quedarme a mitad de camino,
decir siempre menos de lo que digo
y más de lo que desearia decir.