domingo, 14 de febrero de 2010

LAS LÁGRIMAS DEL MAR


Las lágrimas del mar paralizan en mí
todo lo que tengo de hombre.
Me minimizan frente a ese abismo
sondable a simple a vista.

Y frente a la catástrofe que supone
conseguir lo contrario de lo pretendido
uno siente una impotencia de elefante
camino del cementerio.

Pero la lluvia siempre cesa,
antes incluso si se desea,
y los pantanos desbordados del alma
y el torrente verde como tus ojos
da paso a una calma oriental,
a un fundido en blanco de la memoria
que nos hace más felices que antes
siendo los mismos.

Las lágrimas del mar movilizan en mí
todo lo que tengo de hombre
cuando pasan.
Me minimizan frente a ese abismo
insondable a simple vista.

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