martes, 16 de noviembre de 2010

DEPENDENCIA


Busco palabras entre las sombras
que brillen más allá de su silencio,
y mientras las nombro
hay algo en su sintaxis
que rompe con la lógica cansada el tiempo:
la poesía nace en el presente
para que el futuro no olvide su origen.

La libertad es una hoja en blanco
en la que siempre tengo la última palabra,
pero cuando me asalta la belleza
desnuda como una cortesana de pechos
alados, se me desvanecen las palabras
en la garganta como la espuma de las olas
al lamer la playa.

Hay días, en cambio, que me brotan
de mi boca a borbotones,
y entrego en un papel todo cuanto he sido
y toda la pena y la alegría cabe en un recuerdo.
Pero, en otros, el silencio
me cubre con su malla transparente
y me vuelvo una adivinanza imposible de resolver.

Desearía escribir la mitad para decir el doble,
decir el doble para no quedarme a mitad de camino,
decir siempre menos de lo que digo
y más de lo que desearia decir.

sábado, 25 de septiembre de 2010

CATANIA BEDDA


Como dice Sabina, al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver, pero sólo si lo que se busca es encontrarlo todo como se dejó. Las personas cambiamos tanto que una ciudad visitada por segunda vez podría parecer la misma, pero tampoco eso es cierto. Cuatro años han pasado desde que comí por última vez la cartucciata, l'arancino y una buena granita con la brioche, y aunque la ciudad me mira con los mismos ojos sé que tiene nuevas canas, alguna arruga, nuevo sueños.


Desde el avión la encuentro desordenada, caótica, distribuida de una manera muy siciliana alrededor de la falda del Etna, siempre humeante, amenazando con volver a incazzarsi para volver a destruirlo todo por séptima vez (Catania ya ha sido arrasada por la lava seis veces). Esta vez no vengo sólo como en 2005, cuando era un sobreviviente en busca de equilibrio, aunque se podría decir que soy el mismo puzzle que entonces, sólo que más ordenado y sereno. Mi mirada no busca en sus chispazos cortejar a la vida como antaño, porque afortunadamente es ella la que me sigue cercana.

Todas las piedras están en su lugar, geométricas, gastadas. Y en el centro de Piazza Duomo, L'elefantino, un paquidermo africano que recuerda el pasado cartaginés de la ciudad. Frente a él, la catedral, uno de los pocos edificios que no fue levantado con la piedra nera, quizá buscando que su luminosidad exterior entrara en contraste con el alrededor. Pero se hace de noche y me entran ganas de comer. Abandono mis reflexiones y me entrego al placer de la comida siciliana. Por la noche, Catania se adecenta como cualquier otra mujer y saca sus terracitas a la calle, formando unos rincones maravillosos e impensables que no se ven a primera vista.


Al volver la vista tropiezo con la Piazza Università, una de las pocas construcciones restauradas de la ciudad, y junto a ella La Coleggiata, un restaurante coqueto y acogedor que tiene fama de hacer las mejores pizzas de Catania. Comérselo todo es imposible, así que decidimos bajar la cena con un cocktail en un lugar alejado y escogido, que años atrás fue mi cuartel general. Inma y yo no estamos solos, han venido amigos, de los muchos que dejé en la isla, porque si existe una cualidad general que define a los sicilianos es su hospitalidad a corazón abierto. También por eso me gusta L'Agora, porque es un lugar para hablar de cosas importantes en compañía. La particularidad de este albergue es su maravillosa gruta, una grieta abierta en la lava que destrozó la ciudad por última vez en el s.XVII y que, además, se encuentra recorrida por un río junto al que se puede comer y cenar.


A la mañana siguiente, unas voces en dialecto nos despiertan, podría ser el panadero o un simple gorrilla enfadado con los carabinieri, pero en cualquier caso lo tomamos como una señal y nos levantamos. En Sicilia, como en el resto de Italia, los horarios de las comidas son diferentes a los de España (se come y se cena una o dos horas antes), así que la colazzione cobra un papel primordial. Estamos en verano y la ciudad tiene un clima parecido a las ciudades del sur peninsular, así que la mejor forma de empezar el día es con la granita con la brioche, una especie de granizado de múltiples sabores (el de almendra es el más característico de Catania) realizado con leche y que es típico de Sicilia.

Tras el desayuno, con una voces que parecen de marineros llegados a puerto se anuncia la fiera, un mercado caótico e interesante que ofrece por sus pasillos un recorrido necesario por el corazón de la ciudad y sus gentes. Sólo así se pueden entender las contradicciones que han hecho de la isla un maravilloso material de cuentos, leyendas y películas imprescindibles. No existe ya la mafia, aquella que utilizaba el lenguaje de las pistolas para hacerse entender, pero la sensación de que su recuerdo aún vive se ve en cada uno de sus rincones. Ahora es blanca, dicen, aunque yo creo que simplemente se ha civilizado y que nunca desaparecerá.


Fundamental es también la pescheria, otro de los mercados de la ciudad en el que se puede comprar el mejor pescado y carne de caballo de Catania. Está situado junto a la catedral, en el barrio al que da nombre, y una de sus estradas está presidida por la fontana de Fernando de Aragón, una pequeña construcción en mármol que homenajea, con la boca pequeña, nuestro paso conquistador por el 'Reino de las dos Sicilias'.
Pero el tiempo pasa velozmente y del viaje van cayendo los días como las hojas de los árboles en invierno. La ciudad no es muy grande, pero aún debemos encontrarnos con la Piazza Teatro Massimo recién restaurada, una plaza situada a las espaldas de la catedral que conocí en obras y que no pude disfrutar en su esplendor, durante las largas noches de bordello que pasé en los múltiples garitos que adornan su madrugada.
Así como me marché de la isla hace ahora casi cinco años, el viaje agota sus últimas horas del mismo modo que los sin techo su cartón de vino, así que Inma y yo nos proponemos despedir a la ciudad junto a Villa Bellini, el segundo mayor jardín de Catania. Allí, en una de las esquinas del giardino se encuentra Scardaci, una pastelería-confitería que presume, y no en vano, de hacer los mejores cannoli cataneses (aquellos rellenos de ricota). Con su dulzor en el paladar, nos marchamos al hotel caminando, con la ciudad milagrosamente en silencio y convencidos de que, sin maldad alguna, hemos contradicho lo defendido por el cantautor en su verso.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

LA DIFERENCIA


Buscábamos la diferencia con la insistencia
del deseo, en unos años en que la vida
se movía más por los márgenes
que por el centro de camino.

Y caminar sobre la línea tenía algo de maravilloso
que con el paso de los años hemos perdido:
el placer de la inconsciencia,
el poder de lo desconocido,
la capacidad de ser otros
sin dejar de ser los mismos.

Salíamos al mundo con el cuchillo entre los dientes,
tatuando nuestra historia en los árboles
que al dejar desamparados conformaban
en nosotros una forma de ser diferentes.

Buscábamos la diferencia porque la semejanza
no podía completarnos de niguna forma posible,
y aunque al final no pudiéramos mezclar agua y aceite
el intento era una forma de fracaso muy digna
que nos daba la medida de nosotros mismos.

Y caminar sobre la línea tuvo algo de maravilloso
que los años con su paso nos han devuelto:
la diferencia que buscamos en cada espejo
ha ido conformando la silueta de lo que somos,
una suerte de puntos enhebrados en el desconcierto
que nos ha dado la medida de nuestro terror
pero tambien de nuestro sosiego.

lunes, 21 de junio de 2010

TE LO DIJE


Sin botas y tendida en la alfombra
la diferencia de los cuerpos a media luz

era insignificante. Estábamos tan cerca

que sólo podíamos respirar
el aire
que quedaba tras los besos.

La casa estaba medio vacía
y era como si la vida
latiera escondida
en sus armarios,
en busca de ropas
que guardar
en un presente por-venir.
Fuiste tajante con el vestido,

había que dejar algo para mañana
,
algo que nos hiciera pensar en el futuro

sin la certeza de que existiera.


Me sorprendió cómo te desabrochaste

el corazón con ansia y te dejaste puesta

la vergüenza: amaestrabas el deseo
con la precisión de un domador de circo,

con la presteza de una contable

que ve como le cuadran, por vez primera,
los números.
Volviste a ser tajante con el sexo,
porque sería para nosotros como un candado

que nos haría sus prisioneros
,
pero flexible en todo lo demás,

y dibujé sobre tu cuerpo el mapa
de los sentimientos,
dejando sobre tu vientre
migas de pan
para mi vuelta.

No cantó el gallo a la mañana

pero la luz entró en la casa
con la violencia
de cientos de ojos
fruncidos de ceño.
Fue inevitable volver la vista atrás,

volverla hacia delante
por ver si nuestros ojos
se encontraban
ya vestidos.
No te preocupes, soy muy discreta
, repetiste,
pero la discreción sonaba tan absurda

con el corazón calado hasta los huesos
que el sabor de los besos fue amargo por vez primera.


Me fui de allí vestido de indio
y con las plumas
revueltas, envuelto
el corazón en el miedo
de haberlo apostado todo a una mano

sin haber tenido el valor de levantar tus cartas.

Me fui de allí vestido de indio y con las certezas
desechas,
convencido
de que nada volvería a ser como antes,
confiado en que nada lo fuera.

viernes, 18 de junio de 2010

INTERTEXTUALIDAD


Indolentes con el tiempo que perdemos,
confiamos que la vida,

en un alarde confianza nos devuelva

en algún lugar del trayecto

el tiempo confinado allá lejos,

para contemplar serenos el río

que ha de pasarnos a la otra orilla.


Con el dolor almacenado en la alacena,

algunos pudieron durante una vida

dejar impreso sobre la hoja

de un árbol de otoño

la belleza caduca de un instante.

Otros erraron en la búsqueda

y los instantes no fueron de tiempo,

sino de heridas mal curadas

aún abiertas en su cuerpo yacente.


Quien vive más de una vida,
de vagón en vagón,

polizón sin fronteras.

quien vive más de una vida

como una hoja afilada

que al besar el corazón

lo dejara sin plaquetas…

Quien vive más de una vida,

dejándolas (botellas abiertas

en un día de fiesta) sin enhebro,

más de una muerte ha de morir.


Sobrevivir ya era tarea suficiente

- pensó Oscar Wilde -

para ser la fulana encaprichada

de cualquier marinero errante.

Ulises ya murió.

Más hermoso fue arrojar

la vida por la borda,

darla toda sin calcular su peso,

sin ser puta o ladrón,

no hacía falta vivir tantas vidas

para que la propia alcanzara

el brillo efímero de la juventud.

Pero entonces éramos

el tiempo en potencia.


Nunca nos fue mal la vida.

Siempre estuvimos cíclicamente

cercando esa zona de la soledad

que aprieta pero no ahoga,

y quizá porque la vida era eso,

no nos planteamos luchar

con las garras panza arriba,

porque como las cosas no podían

ir a peor
–amigo Kafka- mejoraron.

lunes, 7 de junio de 2010

MIMBRE



Me gustaría ser como el mimbre,
moldeable en las manos del artesano,

maleable en las manos de cualquiera.

Una maraña de finas venas que, unidas,

se hacen fuertes y sobreviven estoicamente

al paso del tiempo.


Me gustaría ser como el mimbre,

frágil en los momentos de fragilidad,

rígido en los momentos de dolor.

Ser como el mimbre reposado,

un abrazo entretejido y capaz

de modelarse en curvas imposibles

sin miedo a que todo se rompa,

por que esa es tu virtud envidiada:

doblarte hasta la ruptura

sin que nunca te llegues a romper.

lunes, 31 de mayo de 2010

ESTADO DEL FUEGO



I

¿Será quizás el amor un estado del fuego?

¿De ese fuego que lo incendiaba todo

cuando la juventud andaba mecida

como una hoja recién caía del árbol?

Era fácil contagiar la luz sin medida

cuando el alma aún era virgen,

como un tallo verde y fresco

nacido en la humedad del río.

Pero en la sequía o en la helada

el alma olvidó la inocencia

que le hizo formular sus deseos,

y aprendió con arte a esquivar el frío,

convirtiendo su corazón

en dura piedra de camino.

II

¿Será quizás el amor un estado del fuego?

¿De ese arder enteramente del alma,

cuando ingenua se extinguía la llama

ahogada por su propio deseo?

Erraba el camino el alma joven

creyendo que era el arder lo que importaba,

pero no existe cantidad ni proporción

adecuada en el arder.

Su fracaso no fue apagarse

pues toda brasa es hoguera en potencia.

No saber contagiar su luz con armonía fue su fracaso,

no quemando, sino siendo resplandor;

no cegando, sino revelando una verdad;

no consumiendo, sino encendiendo la esperanza..

III

¿Será quizás el amor un estado del fuego?

No existe luz que no cegue en el mirar

ni llama que no queme en su tacto.

Si el fuego abraza a los amantes

no nació de un chispazo inesperado

como la brasa en una caricia de viento…

Si el amor no consigue ser un estado del fuego,

es mejor dejar que se consuma en silencio,

a la espera que en la noche indefinida

un nuevo soplo de vida despierte al alma

de su letargo,

como a la brasa el viento

con su caricia redentora.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Y TÚ ME LO PREGUNTAS


Dónde vivo yo
si dejo mi habitación en tus pupilas.
En qué lugar del suelo
termina el cielo de tus ojos
y comienza la suciedad del mundo.

La suerte es una muerte descuidada
silbando al viento
y el eco, tus besos de solsticio
arrancándome impurezas.

Dónde vivo yo
si dejo mi razón en tus pupilas.
En qué lugar del techo
termina el deseo de tus manos
y comienza la monotonía del mundo.

La alegría es un dolor inesperado
cantando tangos sin vergüenza
y su estribillo, el giro de tu cuerpo
sacudiéndome soledades.

Dónde vivo yo
si dejo el corazón en tus pupilas.
En qué lugar del tiempo
termina el contacto de tu alma
y comienza ajeno el mundo.

La felicidad es una tristeza contagiada
reclamando caricias
y su tacto, tu piel erizándose
ofreciendo coartadas.

martes, 25 de mayo de 2010

SE NOTA TU AUSENCIA


I


Se nota tu ausencia en las noches en vela
que nos han visto crecer,
uniformes como constantes estrellas,
dispersos como los buenos propósitos
en la resaca de un día de fiesta.
Se nota tu ausencia, no en las palabras,
todos sabemos que un hombre de barra
no las malgasta,
sino en el vacío de los bancos y los parques
donde nos hicimos hombres sin quererlo.


II


Se nota tu ausencia en las tardes de arena
guardadas en un solo reloj,
se nota en su café silencioso
cada vez más aguado por el hielo,
cada vez más veloz por las prisas,
cada vez más sólo sin sus sueños…


III

Se nota tu ausencia en el tiempo perdido,
en ese porcentaje de vida
que el mundo tira a la basura
y nosotros éramos capaces de reciclar
en un sofá, en una canción, en un recuerdo.


IV

Se nota tu ausencia por dentro,
en ese dentro que nadie ve
y guarda todo lo que merece la pena
salvar del naufragio: miles de pedazos
desordenados y dispersos me dicen
lo felices que hemos sido sin saberlo,
en ciertos días levantados en la memoria
como solemnes estatuas de dictadores muertos.
Se nota tu ausencia por dentro,
por cada dentro de tus otros nombres,
David, Basilio, Alberto;
por cada dentro de tus otras vidas,
charlatán, fingidor, poeta.
Por fuera, todo es más sencillo;
los ojos reflejan con su brillo
la soledad del vacío que te aleja.


V

Se nota tu ausencia en los espejos,
en los rincones donde derramamos
parte de lo que éramos y seremos
para siempre: libros abiertos
que nadie ha leído,
cadáveres exquisitos llenos de polvo
en una estantería perdida de la niñez.


VI

Un día, vivos o muertos ya, las mil
y una tardes escritas en el viento
nos convertirán en best-seller del olvido,
en códices valiosos para coleccionistas
que tendrán que pagar lo que valemos.
Mientras tanto, mientras sea tu ausencia
el punto de fuga del recuerdo, dejaré
el suelo que te llora más vacío,
para que, llorado del todo enteramente,
llegue con la escarcha el nuevo día,
borrando, como en noches pasadas,
nuestros ojos de arena
mojados por la vida.


lunes, 17 de mayo de 2010

INCIPIT TRAGOEDIA


Incipit hoy tragoedia,
hoy que recordé otro tiempo
en el que los días eran distintas lunas;
los sentimientos crecientes instantes
como masa de pan caliente;
y las palabras ondas repetidas
de la piedra lanzada al mar.

Comienza hoy el naufragio,
hoy que no es tiempo cifrado
sino pedazos aislados de memoria,
errante material de sueños
perdidos durante la madrugada,
de una noche que casi no recuerdo
si no fuera por su luna llena
de caramelo quemado.

Empieza hoy el descenso a la laguna
del caminante errado.
Preguntas asaltan ante el espejo,
respuestas reflejan mis ojos mojados
por la mota de polvo
de un camino dejado atrás.
Listo todo para el viaje,
(el barco amarrado a puerto,
vacío de deseo,
desangrado de esperanza
en el agua que le rodea),
parto hoy como lo hice ayer,
como hace un mes levando el ancla.
Y las amarras, celosas, se enroscan
a los olivos como serpientes hambrientas.

Y yo como una sirena varada,
me quedo mirando en el mar
la luna nueva que en el mar riela,
esperando el comienzo de la tragedia,
sin que nada empiece totalmente,
sin que nada termine de veras,
solo como una gota de lluvia
resbalando por el mástil de mi cuerpo,
solo como una lágrima sola
deslizándose por su mejilla de madera;
sin amarras y sin vida,
sin partida ni reencuentro,
flotando sobre el cristal sereno del mar
manchado de estrellas.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Cuaderno de Bitácora 5


Entre los espacios interiores y exteriores, la quinta clase del taller discurrió sobre la importancia que tiene en la estructura del relato la configuración del espacio narrativo. Para ello, Álvaro vino cargado de teoría y sabiduría popular en su presentación power point.

Los asistentes, pocos, pero de lo mejorcito, tuvieron que ejercitarse en la creación de textos en los que entraran en juego los espacios externos, como por ejemplo un amanecer visto en seis colores; o internos, como ocurrió con el manicomio en el que, a ojos del enfermo y del sano, se nos describía su sala de visitas.

En la práctica de este texto, hay quien puso más loco al cuerdo o más cuerdo al enfermo, eso no era lo más importante. Lo clave era pintar con palabras las pareces del siquiátrico y en este punto, los alumnos se mostraron soberbios. Hubo enfermos que no reconocieron a su madre, o que simplemente veían el patio común demasiado sucio, algunos optaron por ser omniscientes narradores, mientras algunos optaron por cederles la palabra a sus personajes.

miércoles, 21 de abril de 2010

SEGUNDO DÍA DEL TALLER


Entre lo pasado y lo que aún tendría que llegar, el segundo día del curso transcurrió sin grandes sobresaltos. Quién les iba a decir a los alumnos del taller que, un martes 20 de abril, iban a sudar la gota gorda con eso de los saltos temporales (prolepsis). Sin embargo, se apuntaron para nuestro gozo, y llegó el dichoso martes, ese en el que el Pep Team hizo el ridículo frente a unos malnacidos italianos, porca miseria, y los alumnos afrontaron estoicamente un tema sencillo en la teoría, ameno cuando se escucha, aunque un poco más arduo en la práctica.

Aun recuerdo cuando nos pusimos frente a ellos por primera vez (analepsis), era también martes y en sus miradas había una mezcla de excitación y miedo. Ayer tocaba uno de los temas más densos del programa: el tiempo narrativo. Pasamos la tarde entre saltos mortales que iban y venían del pasado al futuro, y por un momento fuimos como trapecistas de un circo del tiempo, en el que el tiempo era como un chicle que, en manos del autor, podía estirarse todo lo necesario.

Y es que, aunque ayer no tocaba realizar ningún cadavez exquisito, una de las alumnas, Maria Lourdes Pérez, quiso agraciarnos con un relato corto, un microrrelato que es un canto alegórico a la libertad. Así que, pensé en traelo al blog. Os dejo con 'Berta', que es así como lle llama...

Un día más. Sale el sol, que es lo único que alegra la vida a Berta. Se mira a sí misma y observa que sus largas hojas siguen ahí, verdes y radiantes. Pero no rezuma alegría. A Berta le persigue una utopía desde hace tiempo.

Quiere ser humana. Pensamiento que retumba en su mente. Se imagina bebé, balbuceando los primeros sonidos, sonriendo a los que le miran embobados. Se imagina niña, jugando con muñecas o empezando a aprender a leer. Se imagina adolescente, expectante a los cambios que se manifiestas en su cuerpo. Se imagina el primer amor.

Berta siente un rayo de sol y se estremece. Quiere llorar pero no puede. Se imagina mujer. Una mujer dulce y serena, activa y erudita. Se imagina. Quiere Berta gritar, sumida en el desencanto, pero no puede. No es, empero, un día más.

De las raíces de Berta empiezan a brotar dos extrañas protuberancias que, poco a poco, van adquiriendo forma y le despegan y arrancan de la tierra del inmeso tiesto donde ha estado clavada toda su vida.

Berta puede moverse. Se amosa al balcón con ademán de encaramarse al vacío y, en ese sutil instante, un nuevo rayo de sol le penetra, y mira al cielo. Mira a sus hermanos, a un lado y otro, anclados en su absurdo conformismo, inmersos en un ciclo perenne, mecánico, que ella no está dispuesta a aceptar.
"Adios familia. Tendré otra oportunidad en la reencarnación". Fuerton las últimas palabras de Berta.

viernes, 16 de abril de 2010

TALLER DE ESCRITURA CREATIVA


Ayer comenzó el taller de Escritura Creativa en San Javier, después de que el pasado martes los miembros del Colectivo Iletrados presentáramos el programa del curso. De este modo, ayer fue el turno de Álvaro Pintado, quien con numerosas referencias a la Teoría Literaria, a grandes escritores y a su experiencia personal nos ofreció algunas claves y trucos para enfrentarnos a la HOJA EN BLANCO, ese primer escollo que se encuentra el escritor en su camino por desarrollar un proyecto más grande.

Los alumnos del taller se mostraron en todo momento participativos y con ganas de romper ese primer telón de acero con el que la pureza de la 'hoja vacía' nos mira desde su atemporalidad. Entre las definiciones que los propios alumnos aportaron destacaron las que relacionaban el comienzo de la escritura como un espejo ante el que mirarnos, el inicio de todo creado, el reflejo de la mente, la libertad en potencia, un contenedor de ideas y una mezcla de inquietud e ilusión ante esa nada primera.

De este modo, para romper la virginidad inmaculada del papel Álvaro y un servidor propusimos varios ejercicios. El que sin duda tuvo mayor repercusión fue la realización de un CADÁVER EXQUISITO, un texto compuesto por todos los alumnos del taller, los cuales aportaron cada uno una o dos líneas sin conocer la temática ni la extensión de los proposiciones de sus compañeros. Yo me encargué esta vez de poner orden a todas esas frases, sentimientos, ideas y disposiciones, y el resultado fue bueno, muy bueno. Lo tuve fácil porque las propuestas de los alumnos fueron interesantes, así que decidimos que podíamos hacer una serie de cadáveres exquisitos que iríamos colgando en el blog del Colectivo. Os dejo con la primera de esas creaciones:


CADAVER EXQUISITO NÚMERO 1


El paseo sigue en obras y la abuela se fue volando. Nunca pensé que esto me pasaría a mí, creía que esas cosas sólo pasaban en televisión. Congelar el miedo para intentar descongelar el alma, porque aunque ya lo habíamos planeado todo, de repente cambió de opinión por idiosincrasia colectiva. ¿Para qué vamos a volver?

En ese momento no quería cruzar la calle, pues sabía que su destino al otro lado no iba a ser bueno. Cada vez sentía más miedo y le dijo una cosa al silencio de su alma. Siempre termino cediendo, soy débil, me encanta verla sonreir, siempre termino cediendo. Siempre gano, porque siempre quiero verla sonreir...Sonó el despertador, era tan temprano, pero a la vez tan tarde, que sintió todo el peso de la mañana en su espalda.

domingo, 11 de abril de 2010

COMO GOTAS DE MERCURIO


Como gotas de mercurio sobre el suelo,
somo corazones sin remedio ni medida,
porque crecimos como la mala hierba
sin necesidad de cuidados.
Una vez espigado nuestro tallo
como una mirada que jamás retirara
su atención de nosotros, ¿qué tormenta
podrá hacernos doblar la cerviz?

Como estrellas perdidas del mismo cielo,
te vi pasar por el mar dormido de la noche
en tu vuelo camicace, ajena y despreocupada
como la altanería, y decidí seguirte
con el celo de los astros fugaces,
con una persistencia tan divertida
que no pudiste darte cuenta, ¿cómo si no
es posible tanta perfección en el vuelo?

Como gotas de lluvia sobre la misma luna,
nos llovieron a deshora ignorando
nuestra idéntica transparencia y propensión
a los sueños,
como niños neonatos expulsados del paraiso,
sin esa certeza de encontrar
la fricción de una mano en la caída,
la piel de gallina de esa mano por el cuerpo.

sábado, 10 de abril de 2010

CRONIRIA


La poetisa Raquel Lanseros nació en Jerez de la Frontera (Cádiz) en 1973, aunque pronto se trasladó a vivir a León, en cuya Universidad se licencia en Filología Inglesa y en donde, en la actualidad, tiene su residencia. Completó su formación en Irlanda, Francia, Inglaterra e Italia y durante unos años estuvo muy vinculada a Murcia, al trabajar como asesora de formación de inglés en el Centro de Profesores y Recursos I de Murcia, actividad que compaginó con la traducción.

Entre sus libros, podemos destacar 'Diario de un destello' que, en el año 2005, le valió el prestigioso Premio Adonais de Poesía; y 'Los ojos de la niebla' (2008), con el que Lanseros se consagraría como una de las voces poéticas más depuradas. Ahora, la poetisa jerezana vuelve a la actualidad poética nacional con 'Croniria' (2009), un nuevo libro que le ha valido el XIII Premio Internacional de Poesía Antonio Machado, en Baena.

Además de publicar en numerosas revistas y publicaciones relacionadas con el mundo literario, la poetisa colaboró recientemente con el fanzine 'Manifiesto Azul', una publicación cuatrimestral de la Asociación Literaria 'Colectivo Iletrados' (http://www.colectivoiletrados.blogspot.com/) de la que soy miembro fundador. Lanseros colaboró en el último número de este fanzine con un inédito titulado 'Lançeros', que gentilmente nos cedió.

El próximo mes de mayo, la autora presentará su último poemario 'Croniria' en Murcia, un libro que aún no he tenido la oportunidad de leer, pero que a buen seguro no dejará a nadie indiferente. Una muestra de ello es este poema:

TRADICIÓN ORAL

Me gusta amarte hincada de rodillas.
Aquí, tan desde abajo, tan cerca de la tierra
relamo el palpitar de tu cuidado
y centro mi delicia en el transcurso.
No es de extrañar que el mundo sea redondo.
¿Qué forma iba a adoptar, sino la de mi boca?


domingo, 28 de marzo de 2010

SILENCIO


El ruido de la vida,
hizo al hombre, por momentos,
volver de nuevo a las cavernas
desnudo de ciudad y progreso,
a pintar paredes llenas de palabras
con la sangre de sus víctimas.

El ruido de las noches,
hizo que levantáramos tanto la voz
que nuestras gargantas se rompieron
en un maravilloso silencio;
silencio frente a la necedad cierta
de vernos enfangados en un aire
pesado y sórdido,
en ciudades de plástico prefabricadas
donde todo es como si fuera
sin ser más que metáfora.

Todo lo que fue música,
armonía, cadencia,
línea discontinua entre continuos,
se volvió melodía torpe sin intérprete,
canto discordante que lo volvía todo continuo.
Aprendimos, entonces, que las palabras
arrastran siempre en las bocas
el sabor de la media verdad no dicha,
la vida entre paréntesis ignorada,
la letra pequeña, sin la cual,
la vida sólo es un mal menor
a no tener muy en cuenta.

Sentado en medio de esta locura
(enfermo estoy de tanto ruido),
procuro tener mi boca
siempre húmeda para el silencio,
lanzando elipsis como protesta
en mitad de esta noche
de lenguaje incomprendido.

domingo, 14 de marzo de 2010

ENTRE LA NADA Y LA VIDA


A mitad de camino entre la nada
y la vida, uno tiene que elegir
entre salvar de las goteras los sueños
o quemar los libros viejos
para colocar los nuevos en su lugar.
¿Qué dejar en el altillo y qué reciclar
para costruir en su lugar lo bello?

A mitad de camino entre la nada
y la vida, prefiero tirar por la borda
todo lo que no me arranque de raíz
un beso. ¿Para qué tanto orden en el miedo
si los sentimientos acaban por convertir
en ludopatía el deseo?

A mitad de camino entre la nada
y la vida, quiero sean tus brazos
los que al dormir mezan mis sueños.
De qué sirve intentar ser menos íntimo
con los versos, si me salen por los poros
sin que tenga que ver en ello.

A mitad de camino entre tu vida y la mía,
espero al porvenir con la serenidad del tiempo,
con estos 270 días de saldo encadenado al aire
que desplazas al caminar,
tan libre que podría salir corriendo,
tan libre que decido seguir queriendo.

viernes, 12 de marzo de 2010

ENTROPÍA



Te cansa ese rumor vacío
de la gente que se acerca buscando
en ti algo que no va a encontrar.
Tu imagen reflejada en ese espejo
no deja de mentir acerca de lo que eres,
y el resultado final de la ecuación
acaba siempre resolviéndose
con los mismos números:
la ausencia es últimamente tu mejor compañía.
En un juego de palabras infinito
del que nunca sales
(del que te da miedo salir),
el silencio como grito
es más considerado contigo
y apenas pide nada a cambio:
una soledad sin amantes ni compromiso
con la que deambular.

miércoles, 3 de marzo de 2010

TRECE


La lógica de los números ha quedado
en entredicho.

La soledad de sus impares desertó

al vernos aparecer de la mano
como múltiplos de cualquier cifra.


Incluso los números que nunca sirvieron

de esperanza se mueren en silencio

por ser tocados por nosotros,

por convertirse en otros similares

que contengan parte de nuestro valor.

Divididos no somos más que un accidente

gramatical del alfabeto caótico del mundo,

pero anexados somos la medida proporcional

que convierte en poéticos
los días laborables del calendario.


La lógica de los números ha quedado

una vez más en entredicho,

desde el mismo momento que le restamos

uno al catorce de febrero

para convertirlo en San Valentín.

martes, 2 de marzo de 2010

PALABRAS QUE SEDUCEN


Con La seducción de las palabras, Alex Grijelmo nos propone jugar a un juego, al juego de conocer lo que realmente dicen las palabras. A menudo la mayoría de nosotros nos quedamos con la parte más racional del significado, el qué, pero ignoramos el poder que se esconde tras ese velo, el cómo, el porqué, y lo más importante de todo, lo que no nos dicen las palabras pero sí sus “sentimientos”.

Grijelmo enfoca el libro presentándonos la palabra en su sentido más irracional, mostrándola a modo de metáfora como un recipiente que en su interior guarda un conjunto de sensaciones-sentimientos que en cualquier momento se puede desatar contra emisor y/o receptor.

La palabra vive, siente y evoluciona. Nace en un tiempo convertida en algo, en un significado, pero la historia, tanto la del hombre como la de la propia palabra, la pule y la moldea haciendo que evolucione, interaccione e incluso se metamorfosee.

En sus dos primeros epígrafes, el libro nos introduce en la palabra y en la seducción que ésta siempre produce, ya sea en su realidad social o en su realidad más individual.

El orador, como el escultor o como el pintor, es un artista. Es un genio que esculpe ideas y pinta con palabras realidades e historias. Y como genio que es, en cualquier momento, el sonido, el dulce aroma o la forma de transmitir las palabras, puede hacernos caer en la terrible seducción.

Don Juan, Romeo o el mismo Bécquer fueron grandes seductores, no por lo que eran en sí, sino por lo que eran capaces de hacernos sentir. Son grandes seductores porque nos enamoran con sus palabras. Esto tiene mucho que ver con el lenguaje del amor y de la conquista sentimental, donde la seducción de las palabras llega a su cumbre, porque “no hay nada mas grande que el amor y nada más fuerte que el querer”. El autor nos presenta variados ejemplos. En uno de ellos nos explica que es mucho mas seductor decirle a una amiga “¿Quieres que durmamos juntos esta noche?” que “¿hacemos el amor esta noche?”. Que el amor resida en el corazón, nos dice el autor, y no en el cerebro (que es realmente donde está), se debe en gran medida a la seducción de las palabras.

La publicidad vende y vende mucho. Es otro tipo de lenguaje seductor en el que se combina texto e imagen. Quizá, dice el autor, sea la imagen la que llama nuestra atención, pero por debajo, está esa frase acertada, cargada de fuerza subliminal, que archivamos en nuestra base de datos y nos manipula en cierto modo, los deseos y las necesidades.

Las palabras que dicen poco pero expresan mucho, la dulce derrota” y la amarga victoria” a las que se refería González en las elecciones de 1996, los términos antagónicos, las metáforas mentirosas, etc., componen buena parte del lenguaje político.

En la Alemania de la Segunda Guerra Mundial, sonaba muy bien eso de lucha de razas” y en cierto modo es comprensible, me explico. “Luchar” siempre implica la presencia de un adversario, y ante un adversario ( y más si es de otra “raza”, podría decir Hitler) es lícito defenderse, ¿o no? Pero, sin embargo, lo que proponía el duce con esa afirmación era bien diferente. Con el paso del tiempo esa frase fue “desenmascarada“ por la historia, y sus sílabas fueron tildadas por todos los horrores que ampararon. El autor vuelve a incidir aquí en el peligro que nos acecha tras cada afirmación, por eso da un toque de atención y nos advierte que los mecanismos de defensa (seguramente los únicos)...se relacionan directamente con la capacidad de reflexión del lenguaje. Grijelmo ve en este punto a los periodistas como complices y colaboradores del engaño, afirmación que parece, desde mi punto de vista, demasiado generalista (no todo es blanco o negro).

Otros de los mecanismos empleados en la seducción artificiosa de la palabras, consiste en emparejar una palabra con otra de un área de conocimiento diferente. Así se produce lo que el autor denomina la incursión en el área ajena. Pero no se crean que la cosa viene de lejos. Ya en la Grecia Clásica, en la Roma imperial, o en la misma Edad de Oro de nuestra literatura, escritores y poetas, utilizaban la técnica de la guerra a la hora de hablar del amor. Mezclaban términos bélicos con su más dulces palabras y así nos hablaban de sus estrategias o victorias. También el lenguaje deportivo utiliza la técnica: el artillero fusiló al portero.

Que un profesor se dirija a un aula diciendo alumnos y no alumnos y alumnas puede ser, según el autor, una herencia del pasado machista. En la actualidad estamos llegando poco a poco (y muy poco a poco) a lo que podría parecerse a la igualdad. Pero todos los siglos que nos han precedido siguen pesando y el lenguaje sexista se sigue filtrando.

Hablar de epopeyas, cruzadas, de castillos y de leyendas que cuentan historias mágicas, siempre ha resultado atractivo al oido y al intelecto, porque nos lleva al pasado glorioso de nuestro mundo moderno. Este uso de las palabras viejas en contextos modernos constituye quizás el engaño más dulce y difícil de rechazar, porque escuchándolas (las palabras) recuperamos algo del tiempo perdido y pasado, nos sumergimos en su sonido y en su olor, y aceptamos gustosamente el juego de la seducción, aunque nos demos cuenta de la trampa.

En el último epígrafe del libro, el autor hace una recapitulación acerca del valor, el peligro y la belleza de las palabras. Se podría decir que el último capítulo resume todos los anteriores y condensa de forma perfecta la idea del libro.

Es casi seguro nunca podremos apreciar toda la fuerza que las palabras nos transmiten. El autor, con ese dominio mágico que tiene del lenguaje, nos cuenta a modo de fábula, un cuento con moraleja; una historia, la gran historia de la seducción de las palabras, esas que tanto utilizamos y que siguen siendo las grandes desconocidas.

Seguramente su pregunta, la del autor, será: ¿Habré conseguido algo?. Y la respuesta, la de este lector que escribe, es un y un gracias. Y como en todos los buenos cuentos, tiene que haber un final, y a poder ser, bonito. El autor nos regala con la cita final el suyo: Las palabras pueden producir la melancolía con el sonido de un violín pero también la guerra con el sonido de los tambores. Las palabras engatusan y repelen, edulcoran y amargan, perfuman y apestan. Mas nos vale que conozcamos su fuerza.


jueves, 25 de febrero de 2010

COMIENZO DE UNA NOVELA SIN NOMBRE


¿Lo de siempre? Sí, con hielo. Los bares en los que nos hacemos hombres sin saberlo nunca cambian con el tiempo. Nosotros, por mucho que nos esforcemos en vernos igual en el espejo, sí. Pero, como siempre, nuestra perspectiva temporal de las cosas no nos permite asimilar que somos más tristes, menos confiados, más viejos. Eso y el maldito presentismo que lo invade todo.

Fran, como siempre, fue el primero en avisarnos de que la vida no es exactamente correlato del deseo. Él abandonó mucho antes que nosotros la rutina de bibliotecas y jueves universitarios para salir al mundo a pelear por un sueño. Utilizo pelear, un término bastante belicista, porque al contrario de lo que se piensa durante la burbuja universitaria, los sueños no se formulan al soplar una vela o chocar unos vasos, hay que agarrarlos de la pechera hasta hacerlos entrar en razón.

Él siempre fue el visionario del grupo, una especie de Coco Chanel y Che Guevara al mismo tiempo que nos adelantó la música que escucharíamos en el futuro, la ropa que acabaríamos por comprar y las mujeres que terminaríamos amando. En mi caso, hasta el extremo. Fue puliéndome como una roca de río hasta convertirme en canto rodado, en atrapasueños convencido de su delirio. Y cuando se fue a Madrid me dejó como un gato callejero a medio enseñar, ronroneando a la luna por ver si me lanzaba un beso.

Se fue hace ahora tres años y su vacío se fue poblando inevitablemente de las luces y sombras que va proyectando en nosotros la vida. Escribo esto mientras lo espero en Zalacaín con mi café de siempre. Sé que no aprobaría estas líneas si las viera antes de nacer. Las encontraría exageradas. Pero nunca me ha interesado contar la verdad, eso es una altanería.

Lo único que deseo con este ejercicio es dejarme mecer mansamente por el
recuerdo hasta encontrarle su mejor sabor,.Como hacíamos con las botellas de ron en las noches solapadas, cuando utilizábamos su cristal de lente para ver mejor la vida. ¿Qué pasa tío? Dame un abrazo y ponle otro a mi amigo.