domingo, 24 de marzo de 2013

ZALACAÍN (EN SU 31 CUMPLEAÑOS)



Nos refugiábamos en ti para acercar
el oído a la tierra y escuchar así
el mundo.

Entrábamos en tu interior
como se entra en otro tiempo,
con la incertidumbre de encontrarlo todo
bajo un orden que aún no nos pertenecía.

Pero han pasado los años y aunque
hemos dejado de ser adolescentes
sigues ahí con tus entrañas de madera,
con tus declaraciones de amor llenando
los cajones,
y hemos pasado de ser transeúntes
a habitantes con mesa reservada.

El tiempo que todo lo destruye
ha pasado de largo de tu portón de madera,
como si alguien lo hubiera marcado
con la sangre fresca de un cordero,
para que podamos seguir celebrando
medianoches con olor a París
y cruzando puentes en Praga
sin salir de tus cuatro paredes.