domingo, 11 de abril de 2010

COMO GOTAS DE MERCURIO


Como gotas de mercurio sobre el suelo,
somo corazones sin remedio ni medida,
porque crecimos como la mala hierba
sin necesidad de cuidados.
Una vez espigado nuestro tallo
como una mirada que jamás retirara
su atención de nosotros, ¿qué tormenta
podrá hacernos doblar la cerviz?

Como estrellas perdidas del mismo cielo,
te vi pasar por el mar dormido de la noche
en tu vuelo camicace, ajena y despreocupada
como la altanería, y decidí seguirte
con el celo de los astros fugaces,
con una persistencia tan divertida
que no pudiste darte cuenta, ¿cómo si no
es posible tanta perfección en el vuelo?

Como gotas de lluvia sobre la misma luna,
nos llovieron a deshora ignorando
nuestra idéntica transparencia y propensión
a los sueños,
como niños neonatos expulsados del paraiso,
sin esa certeza de encontrar
la fricción de una mano en la caída,
la piel de gallina de esa mano por el cuerpo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario