miércoles, 15 de septiembre de 2010

LA DIFERENCIA


Buscábamos la diferencia con la insistencia
del deseo, en unos años en que la vida
se movía más por los márgenes
que por el centro de camino.

Y caminar sobre la línea tenía algo de maravilloso
que con el paso de los años hemos perdido:
el placer de la inconsciencia,
el poder de lo desconocido,
la capacidad de ser otros
sin dejar de ser los mismos.

Salíamos al mundo con el cuchillo entre los dientes,
tatuando nuestra historia en los árboles
que al dejar desamparados conformaban
en nosotros una forma de ser diferentes.

Buscábamos la diferencia porque la semejanza
no podía completarnos de niguna forma posible,
y aunque al final no pudiéramos mezclar agua y aceite
el intento era una forma de fracaso muy digna
que nos daba la medida de nosotros mismos.

Y caminar sobre la línea tuvo algo de maravilloso
que los años con su paso nos han devuelto:
la diferencia que buscamos en cada espejo
ha ido conformando la silueta de lo que somos,
una suerte de puntos enhebrados en el desconcierto
que nos ha dado la medida de nuestro terror
pero tambien de nuestro sosiego.

1 comentario:

  1. Se echaban de menos estos poemas desde Castromarino 35. Enhorabuena por la vuelta de vacaciones.

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