lunes, 17 de mayo de 2010

INCIPIT TRAGOEDIA


Incipit hoy tragoedia,
hoy que recordé otro tiempo
en el que los días eran distintas lunas;
los sentimientos crecientes instantes
como masa de pan caliente;
y las palabras ondas repetidas
de la piedra lanzada al mar.

Comienza hoy el naufragio,
hoy que no es tiempo cifrado
sino pedazos aislados de memoria,
errante material de sueños
perdidos durante la madrugada,
de una noche que casi no recuerdo
si no fuera por su luna llena
de caramelo quemado.

Empieza hoy el descenso a la laguna
del caminante errado.
Preguntas asaltan ante el espejo,
respuestas reflejan mis ojos mojados
por la mota de polvo
de un camino dejado atrás.
Listo todo para el viaje,
(el barco amarrado a puerto,
vacío de deseo,
desangrado de esperanza
en el agua que le rodea),
parto hoy como lo hice ayer,
como hace un mes levando el ancla.
Y las amarras, celosas, se enroscan
a los olivos como serpientes hambrientas.

Y yo como una sirena varada,
me quedo mirando en el mar
la luna nueva que en el mar riela,
esperando el comienzo de la tragedia,
sin que nada empiece totalmente,
sin que nada termine de veras,
solo como una gota de lluvia
resbalando por el mástil de mi cuerpo,
solo como una lágrima sola
deslizándose por su mejilla de madera;
sin amarras y sin vida,
sin partida ni reencuentro,
flotando sobre el cristal sereno del mar
manchado de estrellas.

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