Sé que, a veces, te asusta que la vida no esa esto: reír y llorar con motivo, escuchar ciertas palabras e interrumpir en cambio otras, salir corriendo o deternerse según sea el dolor o el deseo quien nos persigue.
Vendrá el día en el que reirás y llorarás sin motivo, el silencio te sonará mejor que mis palabras y el deseo huirá de nosotros dejándonos el miedo de recuerdo.
Sé que, entonces, te asustará que la vida sea finalmente eso. Pero has de saber que las lágrimas son solo un mecanismo del cuerpo para lubricar nuestros ojos, las palabras espejismos sonoros que sólo reflejan el envés de las cosas y que el dolor y el deseo pueden convivir en la misma cama y al mismo tiempo.
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