miércoles, 3 de marzo de 2010

TRECE


La lógica de los números ha quedado
en entredicho.

La soledad de sus impares desertó

al vernos aparecer de la mano
como múltiplos de cualquier cifra.


Incluso los números que nunca sirvieron

de esperanza se mueren en silencio

por ser tocados por nosotros,

por convertirse en otros similares

que contengan parte de nuestro valor.

Divididos no somos más que un accidente

gramatical del alfabeto caótico del mundo,

pero anexados somos la medida proporcional

que convierte en poéticos
los días laborables del calendario.


La lógica de los números ha quedado

una vez más en entredicho,

desde el mismo momento que le restamos

uno al catorce de febrero

para convertirlo en San Valentín.

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