jueves, 7 de julio de 2011

GLOBOS DE HELIO



Cuando nada me ate a la vida
saldré volando.
No descansaré en tierra
como comúmnente se piensa
ni me convertiré en polvo de camino.
Ascenderé hacia el cielo, elevándome
por encima de la nubes grises y blancas
y no volverán a posarse mis pies
en tierra firme.

Suelo atarme los recuerdos a los dedos
y como globos de helio
tiran de mi cuerpo hacia arriba,
ayudándome a esquivar las aceras
levantadas, las viejas con el carro
de la compra o lo muertos vivientes
que me cruzo cada día.

Si un día no soy feliz, le pongo hilo
a un recuerdo y me lo cuelgo de un dedo,
me elevo por un momento por encima
del humo de las fábricas y del presente
y recupero la sonrisa.
Pero si por el contrario sí lo soy
agarro las tijeras firmemente,
elijo uno al azar para ser justo
y después de darle un beso lo dejo libre.

Pero por si sueño demasiado
o me emborracho de recuerdos
he atado nuestros cuerpos con una soga
(no como la de los ahorcados ni tampoco
como la de los perros), una maroma firme
pero que no deje marcas que te lleve
conmigo cuando salga volando.



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